Me vienen a convidar trabajo.
"Vi esta convocatoria y es justo tu perfil" me dicen.
"Es un trabajo muy sencillo y es bien pago" me dicen.
¿Y yo para qué quiero trabajo?
Me escuchan, y es como si no lo preguntara en serio. ¡Semejante disparate! Pero lo pregunto en serio ¿para qué? y empiezan un esfuerzo más o menos sincero por contestar.
"Mira toda la comida rica que podrías comer"
"Te gustan los videojuegos, ¿verdad?"
"¿No quiere un compu nuevo?"
Y no. No quiero. No hay comida ni compu que amerite perder mi libertad. Paso.
Pero, la verdad.
La verdad es que si tuviera trabajo, y dedicara mi corto tiempo de vigilia a una causa que no es la mía
Podría arreglar los cambios de mi bici, y así no tendría que esforzarme tanto en los puentes.
Podría comprarme un teclado, en vez de memorizar mil formas de evitar las teclas que no sirven.
Podría dejar de inventar excusas para llegar tarde a las celebraciones, saltándome la parte en que se hacen los gastos.
Y me pregunto cuál es la vía más libre
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